viernes, 14 de diciembre de 2012

3. El juego tradicional y el sexismo


El desafío de conseguir una mayor igualdad entre hombres y mujeres sigue
siendo hoy un objetivo enmarcado en la educación, que, asumiendo los valores democráticos de nuestra sociedad, ofrezca a nuestro alumnado el conjunto de capacidades básicas de tipo cognitivo, emocional y ético que le permitan obtener una educación íntegra a lo largo de su estancia en la escuela.

Pero como bien dice Cristina Brullet y Martina Subirats, en su libro: " el sistema educativo no sólo transmite y evalúa el aprendizaje de las nociones culturales aceptadas y establecidas, es decir, todo aquello que constituye el currículum oficial, sino que también transmite, a través de la interacción entre docentes y alumnado, un conjunto de normas y pautas de comportamiento y de relación muy importantes en la modelación de actitudes posteriores que configuran un aprendizaje paralelo" (Brullet y Subirats, 1991, "La coeducación" pág 32)

Relacionado con esta transmisión, encontramos el juego, y una de sus posibilidades es el juego tradicional, en el cual nos hemos centrado. Para ello, utilizando la guía "Juegos y juguetes para la igualdad"  (Rebolledo Deschamps, Marisa. Editada por la Dirección General de la Mujer, desde el Gobierno de Cantabria) Hemos podido observar como desde siempre ha habido juegos considerados “para niños” y otros “para niñas” bien porque en las niñas no estaba bien visto algunas actuaciones (ensuciarse, posiciones en el suelo) o bien porque en niños se les atribuía un comportamiento concreto de antemano (agresivo, fuerte,).
Estos juegos fueron imprescindibles en la infancia de mucha gente, y nadie puede dudar de que son fundamentales para el desarrollo de niños y niñas, pero al extrapolarlos a nuestra sociedad nos encontramos con que pueden conllevar efectos negativos ahora mismo, pues encontramos que en muchos casos están diseñados para el uso concreto de niños o niñas. Están divididos y diferenciados en función del sexo de quien los fuera a utilizar.
Por lo que esto provoca que se estén fomentando roles y modos de relación diferentes, haciendo que el desarrollo personal sea distinto, ya que si no juegan a lo mismo no desarrollan las mismas capacidades.

El juego tradicional además de una actividad agradable, una forma de aprender y conocer nuestra cultura, los lazos que nos unen al pasado, y creemos que nos pueden ser muy útiles en esta sociedad, pero siempre siendo conscientes de que cosas podemos adaptar para no caer en error. El tiempo que se dedica al juego es un tiempo de aprendizaje, exploración y descubrimiento. Alimentan la imaginación, potencian sus intereses y actitudes, definen comportamientos, permiten desarrollar habilidades y fomentan las relaciones con el mundo que rodea a niños y niñas. Por este motivo, es muy importante que la selección de éstos sea la adecuada y no basada en el sexo de quién lo vaya a utilizar. No estamos hablando de cambiarlos y romper con el pasado, sino adaptarlos en la manera de lo posible, para que estén al alcance de todos sin que pierdan su naturaleza y carácter. Esta será la forma de que nos aseguremos un total desarrollo.

Por ultimo hemos creído interesante desarrollar la idea de García Meseguer (1988) dice llegar a la conclusión de que la lengua castellana no es sexista, pero si lo puede llegar a ser, el uso que de ella podemos hacer. El lenguaje es uno de las formas más importantes de transmisión y configuración de estereotipos. Además, encontramos el lenguaje no verbal, que nos indican cómo debemos comportarnos, como por ejemplo el color, las canciones, los cuentos, y juegos. En estos se suele representar el mundo  masculino como reyes poderosos, príncipes valientes, ogros feroces, guerreros audaces, … mientras que el femenino se limita a esposas de reyes, princesas pacientes,  brujas malvadas, madrastras perversas… Esto lleva a adoptar diferentes actitudes: valor – pasividad, intrepidez-sumisión, agresividad-timidez, dominación-coquetería, aventura-debilidad, protagonismo-laboriosidad, inteligencia- mezquindad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario